En cuanto al cartel, tomé como concepto el tema político que "sin querer queriendo" el grabador estuvo inmerso en él durante gran parte de su labor como granador. Si bien, muchos autores o críticos de Posada no hablan de él como un comunista, a mi me pareció interesante abordar el tema en este sentido dada la época en que desarrolló su trabajo y las coincidencias ideológicas vistas en sus grabados. Esto es, finales de 1800 y principios de 1900; tiempo en que el manifiesto comunista iba tomando fuerza entre los intelectuales del mundo entero, influenciando a otros en su quehacer. No tengo la certeza de que así haya ocurrido con la obra de Posada, pero, por las características ideológicas y gráficas manejadas en sus trabajos, consideré coherente el hecho de fusionar conceptos y contextos para hacer ver a Posada como un grabador revolucionario, cuyas herramientas utilizó para enterar al pueblo acerca de la injusticia y la desigualdad.
